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Miguel Andreis

Si la vacuna demora un año ¿Hasta entonces seguiremos en cuarentena?

Al Pte. Del COE Regional y sus integrantes

Escribe: Miguel Andreis.

Entiendo que el accionar que detenta la organización que usted encabeza, desde mi percepción, no deja de cometer incongruencias. Posiblemente más costosas para la sociedad que lo que desde dicho ente están imaginando en este momento. Mi sensación, es que las contradicciones demuestran, al menos, una mirada diferente de otras percepciones científicas. Frente a eso, temo, que los razonamientos y acciones por ustedes aplicables son, de dudosa efectividad.  Sin ingresar en cuestiones personales.

Las diferencias

Sí, interpreto que, con sus determinaciones, parte de la población, entre la que me encuentro, ya comenzamos a sentir rechazo a su maniobrar. Da la impresión que estamos en manos de un estado policíaco.  El virus es real, su morbilidad también, tal vez y afortunadamente, es mucho menos letal de lo que se ha impuesto en el pensamiento de la sociedad en su conjunto. Ustedes, posiblemente sin proponérselo, se han convertido en un grupo al que, lamentablemente, se los observa con temor, más que se un bastión de protección de la salud pública. Si la idea era, a través de esta pandemia, insuflar temor, debo reconocerles que el objetivo fue logrado.  La metodología aplicada, que no sé, desde dónde baja, ya que entendí que el gobierno provincial les daba autonomía (puede apreciarse con los horarios, que Villa Nueva actúa de otra manera). Eso me despierta la intuición que Villa María está bajo el nefato recuerdo de un “estado de sitio” y el “toque de queda”, de tiempos que no debemos olvidar. En este caso, con otro disfraz y argumentos impensados apenas 6 meses atrás.

 No siento que ustedes me representen y mucho menos me cuiden. Nos encierran y por momentos nos hacen sentir delincuentes por el solo hecho de movilizarnos. Tampoco percibo que sus tareas se desarrollen en forma integral. Para el COE, todo parece encuadrarse sobre lo que implica la cuarentena y el COVID 19. Como si esto no tuviese efectos colaterales.  Suena extraño observar cada noche, como en una cadena comunicacional local, casi cotidianamente, el intendente interino, Pablo Rosso, el Dr. Arroyo y otros profesionales de la salud, despliegan un patético análisis de la matemática que genera tal virus. Allí abundan los test de contagiados, hisopados, negativos y positivos. También en los últimos días, muertes. Tal como en una película de Alfred Joseph Hitchcock. Todo es macabro, aunque estén entendiendo que cumplen con su función. ¿No pensaron lo que les implica psicológicamente a miles de personas?

No se advierten que también aludan a los detonados problemas económicos comerciales, con los cierres de negocios y las pérdidas de fuentes laborales – especialmente después de las medidas que ustedes adoptaron en el centro-, llevándolo a una detonación económica; esto, sin hablar de los cientos o miles de personas que ya ingresaron, por el encierro mezclado con la pavura, a un estado de depresión preocupante, y otras afecciones del sistema cognitivo. Seguramente sin que haya sido su intención, pero los hechos son incontrastables.  ¡¡Duden señores… duden un poco!! No son los dueños de la verdad. Ya serían 15 las víctimas de autoeliminación en los últimos meses.

¿Cuándo y en dónde usar los barbijos o tapa bocas?

No obstante, y frente a un tema de debate en el que estamos inmersos, presumo que sería de vital importancia que se detengan unos minutos a explicarle a la población sobre el uso de los barbijos… Dado que científicos, de diferentes partes del mundo, tienen otra interpretación sobre los factores a favor y en contra de del uso de éstos. Aluden a los daños anexos y las reacciones adversas que causarían.

Preguntamos sobre el uso del barbijo:

¿Es obligatoria su portación y en qué momentos?

– Circulando en motos, bicicletas, a pie, en automóvil…  ¿Es necesario? ¿Cuáles serían las penalidades?

– ¿Desde qué edad y hasta cuándo deben llevarse puestos? ¿Los niños también?

– Caminando o trotando al aire libre o distanciado de otras personas… ¿es precisa su colocación?

– Y si bien, aludimos a una de las protecciones más eficientes – tal lo que ustedes y en general la ciencia, sostiene-.

Vamos con otros interrogantes ¿Han explicado todos y cada uno de los casos en que son imprescindibles?  ¿Circunstancias? Lo llamativo es que, sí determinaron rápidamente, los castigos y los valores de las multas para quienes no los porten.

Señores, son muchos los ciudadanos que carecen del más elemental conocimiento sobre su portación, tapándole boca y nariz

El estado panicosos… ¿Hasta cuándo?

Lo inevitable, es que, a esta altura de las circunstancias, por maniobras directas o indirectas, se ha llevado a una sociedad al borde de un estado pancoso. Sea por la enfermedad, por lo económico o por el estado emocional.  Por favor, no magnifiquen más la pesadilla y el agobio, con sus informes diarios. Daría que no tiene otra dirección que aumentar el temor.

Repito, es verdad que el virus mata, que es riesgoso y todos tenemos que cuidarnos. Ahora lo de ustedes ya pasa el estado de advertencia o sugerencia, volviéndose una consideración de punición   Después de las horas de circulación, fijadas por ustedes, la villa se convierte en una ciudad fantasmal. No todo pasa por camas en el hospital, y se les reconoce la importancia de las mismas. 

Doctor Arroyo, usted y su gente, lo deben saber o al menos intuir que las vacunas, más allá de sospechosos discursos en todos los idiomas, muy difícilmente lleguen en menos de un año a nuestro país. Me parece temerario creer que van a poder seguir todo lo que resta, llevando adelante este estado, que, si no lo es, se parece mucho a un Estado de Sitio, solo que llamado “cuarentena”, agregándole otra similitud, “los toque de queda”. Pueden no compartir los términos, solo, que es la realidad que la vemos desde distintas perspectivas.

¿¡Ustedes creen que estas medidas podrán continuar estirándose hasta que aparezcan las vacunas? ¿¡Un año más de encierros y prohibiciones!? En otras partes del mundo, apostaron a otra mirada científica.

Pensaron cuáles serán los límites de tolerancia de los hombres silenciosos que padecen, no solo esta pandemia, sino un cambio sociológico, económico y psicológico, tan dañino como el mismo flagelo…  Señores, están viendo solamente una cara de la realidad…  tiene otras y tan dañosas como el mismo virus al cual se abocan… 

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