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Miguel Andreis

Robos y hurtos.

“Que siempre ha habido chorros…”

Escribe: Raquel Baratelli.

Siempre hubo ladrones y ladronzuelos, de guantes blancos  y de gallinas, oportunistas, solitarios o agrupados. Desde que el mundo es mundo  existe el robo y los amigos de lo ajeno se multiplican por doquier.

Sin embargo, por estas latitudes, últimamente asistimos a una exacerbación de la necesidad de arrebatar lo que venga y a quien sea,  a la propiedad privada o pública, con o sin guantes, presencialmente o a distancia,  ya no hay códigos, viejo.

Al final, ladrones eran los de antes, que no se metían con los niños ni  con ancianos, ni maestras o médicos, ni gente pobre o laburantes. Los tiempos de  Robin Hood ya fueron, los choros de hoy no le esquivan a nadie, arriesgan el todo por el todo por una billetera que de casualidad tiene para un bollo de pan, por un celular pedorro revuelcan a cualquiera y desbalijan casas modestas sin miramiento; roban cables de alumbrado público, plantines y caños de agua de las plazas…

Presos de la inseguridad, los ciudadanos estamos obligados a ir por la calle mirando para todos lados a ver si nadie nos acecha; agudizando nuestra imaginación para esconder objetos de valor que debemos llevar con nosotros, tarjeta, documentos, celular…

Hay que cuidarse y  a las viejas costumbres de no andar por la sombra, esquivar siestas y  parques solitarios, ahora debemos sumarle  evitar muchedumbres  y ojo  con grupetes de niños, pueden ser pirañas. Nunca mires a nadie, no lleves ni una bolsita en las manos, en la calle el celu no se toca, no tengas  llaves a la vista; si ves una moto con dos pasajeros reboleá  lo que tengas y corré.

Cada día debemos incorporar nuevas estrategias para salir y entrar en casa, no correr riesgos innecesarios en el auto: la cartera en el baúl, ni un papelito en los asientos, ventanillas cerradas;  si lo dejás estacionado no dejar nada en la guantera; controlar alarma y cierre, al volver al auto fijate que estén todas las ruedas, que todavía tenga batería, que no haya algún desconocido  adentro… y si de tecnologías se trata cuidado con los Cyber delitos, los jakeos de cuentas bancarias y ventas truchas están a la orden del día. No hay caso, convertir las casas en bunkers, enrejar los espacios públicos, poner códigos en celulares, bloqueadores en las Apps o ponernos sensores en la espalda no es suficiente para evitar afanos.        

Si seguimos así, chicos, en esta vida citadina y moderna tendremos que olvidarnos de la cartera, billetera o  celular,  andar sin anteojos, con zapatos viejos y ropa transparente donde se vea que no portás nada más que tus propias carnes; los escolares deberán dejar sus útiles en la escuela, dentro de una caja fuerte y olvidarse de llevar para la merienda; y si de transacciones comerciales se trata, viejo, habrá que volver al trueque.

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