“El hombre no puede soportar demasiada realidad”. T. S. Elliot
Escribe: Cristina Pablos.
La película Relatos Salvajes parece una premonición de lo que el país está viviendo por estos días y sin visos de terminar, sino lo contrario. La violencia y la intolerancia se han instalado en el corazón de nuestra sociedad, sin condena. Los que sumamos varias décadas nos retrotraemos a los ’70; el romanticismo de la violencia montonera y la guerrilla de entonces parecen querer apoderarse nuevamente de la Argentina, a pesar de haber logrado llegar al poder.
Hay un estado de descomposición social generalizado: las agresiones a la intendente de la Capital Riojana, por pertenecer a JxC, de parte de los opositores. El llamado de Jones Huala, desde una cárcel chilena, a la venganza armada por la muerte del chico de Ing. Jacobacci, reclutado por los falsos mapuches y matado por ellos mismos. Está peligrando el turismo patagónico, la mayor fuente de ingresos de la región, con gobernantes que miran para otro lado cuando no los alientan. Hay una usurpación de un campo privado en Entre Ríos y tierras fiscales, en La Matanza, usurpado por aborígenes de distintas etnias. Los empresarios están acorralados con tantas trabas al comercio. En Formosa, un alumno secundario, fue bochado por su profesor por asistir a una marcha de Milei. Balearon a un sindicalista, en Lanús, el día previo a las elecciones del gremio. Balearon 11 lugares en 15 días en Rosario que, en lo que va del año, contabiliza más de 220 homicidios, uno cada 26 horas, también hubo que evacuar colegios y tribunales por amenazas de bomba.
A esto agregamos la inseguridad nuestra de cada día en todo el país y tampoco olvidemos la violencia policial. Pero no nos engañemos: la violencia siempre viene de arriba. Vivimos de cepo en cepo; el primer cepo al dólar data de 1948, gobierno de Perón.
Para reparar los gastos del “Plan Platita” se instauró el cepo al dólar para el turismo exterior. Según Kulfas: “El que viaja al exterior no es pobre, el que quiera ir que se lo pague”. Pero los pobres también se perjudicaron porque aumentó terriblemente el precio para realizar turismo interno.
La peor aunque esperada noticia la dieron los jueces K Grünberg y Obligado al sobreseer a CFK, sus hijos y otros tantos corruptos (confesos) en la causa HoteSur y Los Sauces. En 7 meses tuvo 3 sobreseimientos, sin juicio previo, algo de lo que no goza ningún ciudadano común. Hace 31 años un gobierno peronista indultó a Videla, Massera y Cía.
Finalmente CFK habló-o escribió- atacando a la oposición a pesar de reconocerles el triunfo, opinó sobre el FMI y…se despegó de la pésima gestión de Alberto Fernández diciendo que “ la lapicera siempre la tuvo y la tendrá el presidente”. ¿Se olvida, Sra., que Ud puso a dedo al títere que la salvó? Y ahora le suelta la mano. ¡Hay que ser muy mala persona para traicionar de esa forma!
Mientras tanto, el riesgo país sigue subiendo y los 3.500 millones de dólares de reservas del Banco Central, con suerte, alcanzarán hasta marzo. Después…veremos.
Párrafo aparte para las desventuras de nuestros diplomáticos. Se agrega a la inoportuna opinión del embajador Bielsa, en Chile, la desubicación del embajador Basteiro, en Bolivia, participando de una marcha partidaria, con Evo Morales. Para rematar la poca clase del gobierno, el gobernador Kicillof dejó plantado al embajador de Alemania, en La Plata. En fin…es lo que hay.


