Escribe: Raquel Baratelli.
Al pibe se le trancó la burra, “de rompe y raja” se dio a la fuga dejando el tendal. Nadie sabía nada, los tomó de sorpresa. Cuentan que el Gallo mayor quedó en babia, sin saber para dónde disparar, que no tenía un plan B y que no pudo retener al fugado ni cinco minutos. Dicen que la gallina ponedora estaba cacareando hasta por los codos, echando chispas, como de costumbre, chicana tras chicana, contándosela con ínfulas de reina madre, cuando el pibe se las tomó. Parece que él lo intentó, que puso en práctica sus habilidades, que quiso permanecer firme, pero que ni el apoyo de Don Gallo pudo evitar que, ante la última ráfaga de viento, sintiera el impulso de mandarse a volar, justo dándole el gusto a ella, la gallina madre, que si bien es del palo de Don Gallo, le hace bulling a más no poder. Y si de poder se trata, a estas alturas todos se preguntan quién lo ha de tener. Quien llamó a quien es la cuestión, “si él levantó el tubo es más débil que ella, por lo tanto es ella la que gana”. Si alguien los hizo levantar el tuvo al mismo tiempo, hay empate y el que reparte el cuento se lleva la mejor parte. Cuentan que tanto alboroto, también se llevó puestos a otros pollos, se confirmó que Don Gallo, que quedó como pollo mojado, quiso traer refuerzos amigos pero se fueron abriendo hasta que llegó la piba, la que firmó de un plumazo; dicen que dicen que la piba es del palo de la gallina madre, pero no se sabe mucho, y que empezó chapuceando en el barro para intentar aclarar las aguas. Habrá que ver si todavía hay algo que el pollo fugado haya dejado en el camino, por lo menos para darle una manito al Gallo que tanto lo defendió. A vuelo de pájaro, se presume que la piba va a tener que dejar de chapucear para empezar a abrir las alas, aclarar el rumbo, armar un equipo idóneo y decir de qué lado está. Si La Gallina ponedora sigue mandoneando a los picotazos, puede que el gallinero hasta se quede sin Gallo.
A una semana de la renuncia del Ministro de economía de Argentina, este sería un resumen de los dimes y diretes que se escuchan por ahí sobre los avatares internos de este gobierno que ya ha perdido el poco aceite que le quedaba. Asistimos a la debacle de la escasa credibilidad que le queda a la política argenta, a merced de la irresponsabilidad de la dirigencia. Aunque es de público conocimiento que, sean de funcionarios o de divisas, “La culpa de todos los males es de las fugas”.


