en1
Imagen de Miguel Andreis

Miguel Andreis

“Martín Gill: Cuando la ciudadanía importa poco”

Asumió su cuarto mandato Eduardo Accastello. No hubo auditoría.

Escribe: Miguel Andreis.

Algo de una triste historia

Luego de ocho años, complejos, contradictorios y sin abundancia de transparencia, se fue el ex intendente Martín Gill. La expresión más enmarcada que llegara a la villa dentro del Kirchnerismo nacional. Como ellos pensaba, como ellos obraba. Su gestión fue más locuaz que práctica, podría en eficiencia, compararse a la del presidente Alberto Fernández.

Así se convirtió en uno, o el mandatario que generó mayores controversias políticas y judiciales. Dicho al pasar, cuesta entender que con las denuncias que pesan sobre él, precisamente una por violencia de género, causa por la que está imputado, todavía la Justicia no haya avanzado por encima de su imputación, como lo hubiese hecho con cualquier ciudadano común. Es lo que por lo general llamamos “impunidad” del poder.

No será fácil para los villamarienses que sienten a esta ciudad como propia olvidar aquella maniobra que intentó llevar adelante sobre el canje de la Plaza Manuel Anselmo Ocampo por un pequeño complejo deportivo ubicado en las tierras de Tío Pujio. La cotización de la Placita rondaba los 20 millones de dólares y difícilmente que la ¿contraparte en oferta, superara el millón y medio. ¿Lo recuerdan?  La idea que se proyectaba era que, en ese punto del patrimonio histórico y cultural de la ciudad, levantar tres torres de enormes dimensiones. Fastuosas moles de cementos con cientos de promesas que, afortunadamente, jamás se lograron.  

No pocos empresarios locales vieron un negocio formidable y, convencidos por el devenido hacedor- emprendedor, de apellido Souto “se engancharon” en lo que consideraban el “gran negocio”. Gill no solo que promulgó un decreto, o se tomó de la que venía de antes para luchar a capa y espada por tal emprendimiento. Claro, eran muchos millones de dólares. Tal vez en su concepción, algo ambivalente, eso es lo que llamaban “progreso o modernidad”. Y de paso es necesario por estos tiempos no borrar de la memoria que muchos dirigentes deportivos y rayanos, levantaban las dos manos en el Concejo Deliberante para que esa formidable ganga se concretara. Afortunadamente hubo un grupo de ciudadanos que fue creciendo con el tiempo, definidos como “Vecinos autoconvocados” y ayudaron a frenar lo que se podría entender como una estafa económica, social y a la cultura histórica.

Dejar sin efecto una de las legislaciones sobre la Placita

No obstante, luego de asumir su cuarto mandato, el electo jefe Comunal Eduardo Accastello, en uno de sus primeros anuncios fue dejar sin efecto el decreto que permitía vender o canjear la icónica placita. En realidad, son dos las legislaciones sobre la materia. Es de esperar que ambas corran el mismo fin. La pregunta que flota es por qué no se anularon ambas al mismo tiempo.

Vale recordar que hace años, algo similar había ocurrido con la empresa Teximco que quiso quedarse con la misma.  Habrá que esperar.  Posiblemente dicho espacio, en no mucho tiempo pase a ser una especie de Jardín Botánico como continuidad del “Parque de la Vida”. Es lo que se dice que se formalizará en dicha área.

Detonaron los instrumentos de controles

La toma de posesión de Accastello y su gabinete pasó por momentos nada fáciles. Por un lado, se afirma que los salientes o vaya saber quiénes, se encargaron de que dejase de funcionar el sistema contable. A no ser que se crea que fue producto de la casualidad. Lo cierto es que no hay números reales. Sin eso cualquier control estaba expuesto al fracaso.

Sí pudo conocerse que el Gillismo dejó una deuda de más de 4.500 millones de pesos; más de 1500 cheques a pagar casi el 2024 completo, una notoria cantidad de obras sin finalizar. Dineros que se desconoce su utilización. Los etcéteras se multiplican. La carencia de respuestas también. Eso es solo una parte.

El anuncio de obras fue una constante y habrá que hacer un ejercicio de memoria para recordar los pocos enunciados de Gill que se hicieron realidad. A medio camino quedaron proyectos y varios sin finalizar: la tan mentada refuncionalización de los bulevares. Apenas unas paladas de tierra y todo quedó ahí, antes; el reformateo del área céntrica, la Plaza Centenario en un proceso de abultados calendarios, entre lo que es peatonal y no lo es aún sin culminar; además no vendría mal -para los creyentes- prender algunas velas para que el escurrimiento del agua en dicho espacio, cuando la lluvia sea media abundante, tenga la arquitectura que corresponde para su desagote, de lo contrario parecerá la Venecia cordobesa.

¿Un premio a la impericia?

Gill, el hombre con mayor cantidad de tiempo en licencias y viajes al exterior, dejó el Sillón de Viñas, pero a no preocuparse por su futuro, no lo van a desprender así nomás de la teta del estado. Ya juró en el ministerio de Mutuales y Cooperativas en el gobierno de Llaryora. Un reconocimiento a la incompetencia bien disimulada.  

Quedarán a la espera de su finalización, obras como los departamentos del “Procrear” en donde está la estación de Ómnibus; el conocer qué ocurrió en el Polideportivo Guillermo Evans, con la muerte de una niña de dos años. Otro juicio en puerta; también debemos señalar que tristemente somos una de las ciudades de Córdoba, con mayor índice de accidentes fatales en motocicletas. Ocho años y no bajaron un solo deceso. Por el contrario. ¿Y las cámaras para qué sirvieron? ¿Sirvió Seguridad Ciudadana?

Otro interrogante que nunca respondieron, el por qué no se terminó la construcción del “Túnel de los hermanos Seco” que llevo años esperando (de eso escribiremos próximamente ya que existe una teoría de vieja data sobre lo que implicaron los siete hermanos Seco, radicales, masones y honorables en todos los órdenes, quien la Iglesia, especialmente los sectores más ortodoxos, como los del Opus Dei, consideraban a los mismos como forajidos. ¿existirá algo de eso? No olvidar que, en no pocos lugares de santos a boca llena, se decía que el intendente se encontraba dentro de esos pensamientos de la ultra derecha católica).

Claro que esto es una pequeña parte de ocho años de gobierno, con las mayores desprolijidades. Pero además con un llamativo silencio de gran parte de la oposición. Por ejemplo, los del PRO, y de los del mismo palo en otra trinchera, que formaban parte de la escribanía que levantaba las manos en casi todo lo que llegaba como mandatos del alejado.    

Los ediles

Apenas asumidos los nuevos integrantes del cuerpo legislativo, consensuaron aprobando en general y de manera unánime “el estado de emergencia debido a la situación económica y financiera del municipio”. En ella se refleja la grave situación del Estado Nacional. ¿Nadie, principalmente de las otras fuerzas políticas, observó semejante detalles de desaciertos o medidas poco transparentes antes? O convenía más, desde el punto de vista electoral, no hablar de la economía del país.

Detonaron los instrumentos – léase sistema de computación-

Todo hacía suponer que Accastello, tal lo había afirmado públicamente, solicitaría una auditoría. Cuestión elemental de transparencia. Son muchas y variadas las sospechas sobre el indiscriminado manejo de fondos que se hicieron con enorme displicencia desde el municipio bajo el mandatario saliente. Lo que puede entenderse como una gestión donde la impunidad siempre estuvo presente. No hubo auditoría. Los dejaron sin elementos investigativos.

Habrá que observar cómo sigue esta historia.  La cantidad de empleados que tiene el municipio, indican fuentes del lugar, están cerca de los 2000. Con 800 alcanzan según la Carta Orgánica. Qué se hará con los mismos.

Parte del documento del Ejecutivo señala que: “Se plantea una reestructuración funcional, declarando la disponibilidad de la totalidad del personal permanente, transitorio y contratado que se desempeña en la administración pública municipal, para que el DEM, asegurando el mantenimiento de la estabilidad, categoría y nivel alcanzado, disponga las reestructuraciones funcionales, traslados, cambios de dependencias o tareas, modificación de horarios; meritar y convalidar o no los pases a plantas efectuados, con el fin de adecuarlos a las funciones que se requerirán en esta emergencia”.

Entre las faltantes no aparecen las 17 cooperativas de servicios como barrido y otros órdenes, que fueron creadas por Gill, como una manera de sumar más personal.

También desde la oficina del actual mandatario se remarcó que se “contempla también la posibilidad de una reducción horaria de hasta dos horas por día, o un día por semana, en el tiempo de prestación de servicios del personal municipal de cualquier categoría, afectado a cualquier dependencia, centralizada o descentralizada, o tarea.

Asimismo, autoriza al DEM para que disponga la prestación de los servicios del personal municipal en dos turnos (uno matutino y otro vespertino), o en turnos rotativos, o en la forma que mejor convenga a las necesidades del servicio. También el DEM queda facultado para tomar créditos de organismos financieros nacionales o internacionales, públicos o privados, para mitigar la crisis económica.

Un último interrogante, no sería criterioso que fuese la propia Justicia quien investigue todas las acciones que llevó adelante política y económicamente Gill y su séquito, los balances que nunca se dieron, los fondos llegados desde el gobierno nacional en estos últimos años que jamás se conocieron. La disposición ilimitada de la responsable de los fondos, la contadora Daniela Lucarelli.  Demasiados desmanejos y números borrosos como para que queden sellados en las componendas de las historias políticas del poder. Demasiadas miserias sueltas, demasiada impunidad, como para dejarlas que las archiven las desmemorias.

Compartí este articulo