Tío Alberto: Los de las sombras son peores.
Pandemia, cuarentena y mentiras institucionalizadas. Hasta dónde se puede esconder la realidad. El relato es la figura de un puerco espín con miles de espinas en su dorso. Por donde se lo toque, lastima. La movilización del 17 de agosto, fue la más numerosa de las tres restantes. ¿Eso alcanzará para llevar a la reflexión al presidente Fernández? No, y, básicamente porque al mandatario no le interesa reflexionar sino continuar detentando la porción de poder que le han entregado. Sus expresiones no necesitan de análisis. Él mismo se examina desde las contradicciones. Todavía hay un eco de su pronunciamiento cuando expresó: “Si tienen que movilizarse y salir a la calle para mostrarme que transito el camino incorrecto, háganlo”. Después, al ver a un sector de la población reclamando, como lo del lunes, intentó un raquítico y desmesurado discurso, donde sus palabras pierden el más elemental nivel de consistencia. La credibilidad. Nunca fue diferente, posiblemente, ni lo será. No sabe dónde está parado. Quizás, que en su interior haya comenzado a sentir con mayor, y datos irrefutables, que lo usaron. Lo usó CFK, inteligentemente, para ganar una elección. Tal vez lo más evidenciable de esta marcha, sea la pérdida del miedo social. Lo mismo puede suceder con el auto-encierro o cuarentena. No se percibe, como meses atrás, el avance de un sector (que lo votó), pero que tiene cierta prisa, en que se aleje lo más pronto posible del Sillón de Rivadavia. Se creyó desde la citada vertiente, posiblemente, que a “Alberto”, al que le encendieron el fuego y le pusieron la olla con agua, empujándolo para que se metiera a la misma, deberán esperar un poco más para que hierva, y, hasta el posible que el viento les apague les desparrame las llamas. Si bien no ha hecho todo mal, podría decirse que casi todo. Ocurre que la sociedad va promoviendo su propia mirada. ¿Por qué no preguntarse si toda esta multitudinaria movilización, sin siglas convocantes, en parte, no le estaban diciendo, ojo presidente con el agua hirviendo… creemos que lo que puede venir, si usted se zambulle, es peor que su gestión?
El Kirchnerismo está apelando al mismo juego que antes hizo Macri con Cristina, solo que ahora es al revés.
En el medio se observan jugadas tan enclenques como distorsionadas. Por ejemplo, el demacrado documento que firmaron 40 rectores de universidades públicas en todo el país. El escrito apoyaba incondicionalmente al presidente, sobre el acuerdo logrado con la deuda externa. Además de un elogio, con más tinte de obsecuencia de oportunismo, que, de un subrayado de la realidad, los firmantes, definidos como peronistas, en su panfleto, terminaron echándole la culpa del real mamarracho económico de “Cambiemos”, pero no asumiendo ningún tipo de responsabilidades de su parte. Esto, apuntalando a la estrategia que suponen se dará, de que, en el 2023, vuelvan a confrontar CFK y Macri. Agregando que todo lo acontecido es “un fracaso planificado”, y que “Los objetivos de este endeudamiento fueron facilitar una enorme fuga de capitales y, sin dudas, dejar a la Argentina postrada para poder imponer un nuevo ciclo de políticas de ajuste, destrucción de la industria, y de empobrecimiento de amplios sectores de la sociedad con menos salud y educación públicas y sin desarrollo científico”, dispararon los líderes universitarios”. Como se puede observar, siempre la culpa es del otro. Ellos, estaban en la estratósfera cuando ocurría todo lo señalado.
Y como para no errarle, Negretti también metió el gancho…
Entre los rectores firmantes, se encuentra el de la Universidad Nacional de Villa María, Dr. Luis Negretti. No sería hora de quienes están al frente de la misma hoy, y quién estuvo ayer, el huidizo electo intendente, asuman que han usado una obra tan importante y trascendente para Villa María y la región, como un botín político partidario. Nadie se pregunta el por qué la UNVM no está instalada en la identidad y el sentir de los villamarienses. Les guste o no, el afecto social no se observa identificado acorde al valor de su preeminencia como Casa de Altos Estudios. Desde hace años, con Martín Gill antes y Negretti ahora, para gran parte de quienes habitamos esta aldea, la misma no es otra cosa que un reducto kirchnerista, con una enorme caja de dinero, que ya no lo pueden disimular. Un bastión de suma importancia a la hora de los votos y de estructurar un poder, apelando a los dos más importantes presupuestos públicos de la ciudad: Municipalidad y Universidad. Sería moral y éticamente criterioso, que el Rector Negretti, si quiere adherir a dichas consideraciones, lo hiciera en forma personal. Tiene todo el derecho de identificarse partidariamente con quien crea, lo que posiblemente no sea correcto, es que se auto designe como representante del pensamiento colectivo de una entidad, como la que dirige, pero que carece la potestad de intentar encarnar ideológicamente, a los que allí van a formar, o para ser formados. Se lo eligió para conducir, se supone, con abierto criterio ideológico (bueno, al menos lo supone quien suscribe). Estas acciones panfletarias alejan a la Universidad del sentimiento de la ciudadanía. ¿¡Tales acciones no tienen ningún parentesco con la impunidad!?


