“Que la sicopatía de los autoritarios no intoxique a la sociedad”. Marcos Aguinis
Escribe: Cristina Pablos.
Hay un sentimiento raro que se da en algunas personas a las que afectó tanto la cuarentena eterna que les cuesta volver a sociabilizar. Por el otro lado, están los que quieren huir de cualquier clase de encierro para poder sobrevivir. Poder sobrevivir a estos momentos de incertidumbre que nos agobian, la sociedad toda quiere huir de la fatiga que causa no saber si se llega a fin de mes (salvo excepciones, claro) con el sueldo. Y, cuando sobra un peso se trata de ir al cine, al teatro, a comer afuera. Ya nadie piensa en guardar si sobra algo. Otros se refugian en reuniones con amigos o familiares – Los que pueden hacen un viajecito. El tema es de huir de la rutina que nos llevó a inventar actividades durante la cuarentena que hoy ya no nos alcanzan. El hombre es un ser sociable y busca la compañía del otro, siempre que puede. “Nadie se salva solo”, nos decía el presidente; mientras él festejaba bien acompañado. Ya no nos convence con el dedito en alto. Estamos viendo como el país se va al ca… y todos tratamos de huir de la realidad para poder sobrevivir.
Y hablando de sueldos, los jubilados de la provincia de Cba., en especial docentes, somos pasibles de una encarnizada persecución por parte del gobernador Schiaretti. Aparte de reducirnos el 82% que cobrábamos con De La Sota (aclaro que aportamos el 18% no el 11% como todo el mundo) al 76% para terminar en el 67% del sueldo de un docente en actividad. Quisiera saber dónde están los gremialistas que, no me molesta que lleguen a Ministros de Educación, pero no se olviden de dónde vienen.
Estamos viviendo en un país que lastima.
Al festejar los 100 de YPF, el pasado 3 de junio – sin combustible en medio país – se vieron las caras, después de 3 meses, el presidente y su vice. La sra. le regaló una lapicera (y va la segunda) para que la use, le dijo. El títere, ni lerdo ni perezoso, al día siguiente echó al Ministro de la Producción y Desarrollo Matías Kulfas para reemplazarlo por Scioli. ¡No se puede ser tan pusilánime! ¿Cambiará eso las cosas? Mi respuesta es NO.
