“Si la realidad contradice mis convicciones, peor para la realidad” John Locke
Escribe: Cristina Pablos
Estamos viviendo la peor crisis desde el 2001. Y no me refiero solamente a la crisis económica con cada vez más pobres y un gobierno que no escatima dinero para los propios. Me temo que estamos muy cerca del “Que se vayan todos”. Alberto Fernández le prometió “al relajado personal de salud” un bono, por tres meses, de $6.500 (15 kg. de yerba) mientras que por la AUH o a los monotributistas les ofreció $15.000.
Luana Volnovich, titular de PAMI, firmó 114 contratos con militantes camporistas para vacunar, con sueldos de $40.000, habiendo mucho personal, ya pago, para hacerlo. Además, gastó fortunas en las heladeras que compró para arremeter contra Larreta y la CABA, con un plan de vacunación del PAMI para el cual ella no entregó los datos correctos.
Por otro lado, una empresa estatal de eventos gastó ¡100 mil dólares! por un streaming de Ricardo Arjona.
Los empresarios tienen trabas para exportar carne, lácteos y granos por ser, en parte, culpables de la inflación.
En educación no sólo estamos en el Top mundial como país, con escuelas cerradas, sino que lo triplicamos. Los “padres organizados” (sin bandería política alguna) se están haciendo oír porque, como dijo Nehru “justamente, porque somos pobres no podemos dejar de la lado la educación, el arma para salir de la pobreza”. Estamos hipotecando el futuro de nuestros jóvenes, ergo, de nuestro país.
Mientras tanto, siguen los vacunados VIP, cuando mueren personas por no haberla tenido en tiempo y forma.
Kicillof les dice “repugnantes” a los fallos de la Justicia , a la vez que el propio ministro Soria los califica de “mamarrachos”, justamente a una justicia que está direccionada desde el Instituto Patria ( la verdad que, en cuanto a calificar, nuestros gobernantes son muy elementales). El gobierno, en su incapacidad para gobernar, está partidizando TODO.
En el medio, los ciudadanos, embargados por la incertidumbre, la desolación, espectadores angustiados de los tironeos políticos, como algunos hijos de padres separados.
Para completar, la torpeza de Baradel comparando a P. Bullrich, Larreta, Vidal y Macri con Videla, con una total falta de respeto a las víctimas de ese genocidio (¿se puede esperar algo distinto de Baradel?).
Como al ¿presidente? le sobra el tiempo mientras ¿gobierna? se entretiene twiteando memes incalificables, que han dado la vuelta al mundo, dejándolo en ridículo y más devaluado de lo que ya está. (por algo Biden se “tuvo que retirar” justo cuando estaba por hablar A. Fernández en la cumbre por el cambio climático).
A este ritmo yo, como argentina, no tengo ni idea de cómo terminará todo. Sólo pido a nuestros gobernantes que recuperen la sensatez; dejen los egos, las mezquindades y las ideologías de lado, y, trabajando en equipo, en tan difíciles momentos, transmítannos la tranquilidad que desesperadamente estamos necesitando.


