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Miguel Andreis

En el Congreso: Milei en estado puro.

Escribe: Cristina Pablos.

Rompiendo con todos los convencionalismos, el Presidente cambió el horario de apertura de sesiones ordinarias, el lugar desde donde dar el discurso y hasta el lugar de entrada a la sala. Tal vez lo hizo para diferenciarse de “la casta”. Ignoró a los jueces de la Corte Suprema.

A los 82 días de asumir dividió su discurso en tres partes.

En la primera se refirió a la herencia recibida diciendo que, hasta ahora, hubo un Estado que hizo todo mal, despilfarrando el dinero ajeno. “La vulgaridad del despilfarro es un esquema consciente y planificado: la mentira del Estado presente”. Se considera un presidente nuevo en la política que sabe lo que hay que hacer, no busca popularidad y dirá la cantidad de verdades que el pueblo pueda soportar.

Al hablar de los sindicalistas corruptos su símbolo fue Baradel, que se benefician a costa de los trabajadores. A Massa, Pablo Moyano, Grabois y Máximo Kirchner los nombró “jinetes del fracaso”. También le dio a los empresarios prebendarios que prefieren la coima a competir. Hubo para los gobernadores que parecen no querer un cambio.

La “orgía” que le precedió dejó 15 puntos de déficit fiscal que dice ya ordenó. La deuda del Banco Central era de 11.200 millones de dólares. 114 dependencias del Estado dejaron una deuda de 3 mil millones de dólares. El 90% de los ingresos gastó el populismo y el sector privado formal estuvo congelado mientras el empleo público crecía.

Los jubilados-dijo- fueron las principales víctimas de la pesada herencia; urge la necesidad de una reforma previsional y dejó vislumbrar la vuelta de las AFJP. La inseguridad reconoció que era un caos y las fuerzas de seguridad maltratadas; hubo elogios para Patricia Bullrich. Reconoció la crisis en educación en un país con 5 premios Nobel. Respecto a la salud reconoció una crisis de desabastecimiento, especialmente, en tratamientos oncológicos.

No se salvó A. Fernández cuando aludió, sin nombrarlo, a las coimas con los seguros. A la que sí nombró fue a la corrupta CFK.

En la segunda parte del discurso se dedicó a contar lo que ya habían hecho: reducido de 18 a 8 los ministerios, reducción de asesores en el Congreso, 50% de reducción de cargos jerárquicos, reducción del 30% de la flota de vehículos, viajes de funcionarios en aviones comerciales, etc. Quiere eliminar las jubilaciones de privilegio para presidente y vice (espero sea retroactivo). Los dirigentes sindicales serán electos por 4 años con posibilidad a una sola reelección que controlará la Junta Electoral Nacional.

Dejó en claro que seguirá adelante a pesar de los obstáculos: “No elijo el camino del conflicto y la confrontación pero no le escapo al mismo”, desafió.

Finalizando su discurso de 1h 10’, convocó a un “Pacto para el 25 de Mayo, en Córdoba” (¿será el pacto fundacional de un país distinto?), invitó a todos los políticos sin importar de dónde proceden (¿tábula rasa?).

En esa reunión tratarán 10 puntos que especificó uno por uno. Pero…previo a ese Pacto, invitó a todos los gobernadores a la Casa Rosada para hablar de una nueva Ley de Bases, entendí que habrá Pacto si la nueva Ley es aprobada (¿extorsión o yo soy mal pensada?).

Finalizó su discurso dirigiéndose a todos los argentinos pidiéndoles “paciencia y confianza”.

Su lema: Rumbo Cero, Mano Firme y Sociedad Libre, agregando el conocido “Viva la Libertad, Carajo”.

No quiero hacer el papel de abogado del diablo pero cuando dijo que la inflación, el riesgo país  y el dólar bajan…¿Por qué cuando voy a hacer las compras los precios suben TODOS los días?

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