La final llegó, y llegó el amor, y los corazones saltan de…..
Escribe: Raquel Bartelli.
El año rodó, digo, voló, Diciembre ya! Estamos con la final del mundial… perdón, del año encima. Esperando la goleada del Mesías… perdón, la llegada de Jesús, quien es el mesías, la Navidad y Julián picando la pelota… quiero decir, Papá Noel repartiendo los regalos… Así estamos, viejo, tanto “aguante, corazón, aguante” este mundial nos ha tenido bastante pelotudos, sin ofender; pero la vida real, más acá de Catar, continúa. El tiempo pasa y nos quedamos afónicos, tanta emoción, tanto sufrimiento, tantas ganas de ganar expresada en los festejos en las plazas, la camiseta celeste y blanca adherida al cuerpo y las banderas flameando, son el placebo necesario para terminar un campeonato…un año más, con la esperanza de que, con ganas y un buen espíritu de equipo, se puede salir campeón, adelante.
Perdón, pero la neurona se me quedó atascada en la jerga “fubolera” y es difícil esquivarla. En un santiamén pasó todo, incertidumbre, dudas, ganas de ganar, festejos, abrazos, lamentos…un mundial más, pero distinto, en el que las ganas se transformaron en realidad, se disiparon los miedos y la desconfianza inicial, dando paso a la alegría y la gratitud, a la aparición de un verdadero equipo, hasta la aparición sorpresiva de un nuevo mesías, un héroe inesperado de Calchín, un técnico serio, inteligente, un equipo que lo dio todo por un pueblo que lo aclama….no será mucho, chicos!!!
Todo eso es el fulbo y una alegría no se le quita a nadie pero pongamos los pies sobre la tierra, llegó la hora de los balances, veamos qué nos pasa y qué nos pasó, dónde y cómo estamos, a dónde puede llevarnos la pasión si le ponemos garra, quienes dirigen el partido… perdón, el país; cómo nos paramos ante próximos mundiales… Quiero decir, que llegó el momento de mirar hacia atrás, de entender que el futuro del plantel… del país sigue en juego, los números no cierran y las cifras de problemas crecen y crecen. El mundial fue un lindo paréntesis.
Sin embargo, que otro año se nos vaya rodando como bola sin manija, sin poder meter ni una pelota es verdaderamente triste y preocupante. Como en cada final de partido, los cuerpos técnicos de cada lugar, dependencia, ministerio, oficina, hogar, se enfrentan a los balances de rendimiento, al replanteo de objetivos y maniobras para lograr mejores resultados en el partido entrante.
A estas alturas, cuando ni los cambios de DT, de ministros, dieron frutos, el gobierno y los gremios intentan meter un golsito de media cancha con el bono navideño mientras los laburantes siguen dando todo por el todo intentando atajar los pelotazos en contra y llegar lo más enteros posible al área del armado de estrategias para posibles logros del año que viene. No todo está perdido en el área argenta, chicos, si el fulbo puede, el país también. La cosa es que haya equipo.
¡Vamo ,vamo, Argentina…!


