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Miguel Andreis

El “estado” del Estado.

En momentos de crisis los inteligentes buscan soluciones, los inútiles culpables.

Escribe: Cristina Pablos.

Tenemos un Estado elefantiásico, ineficiente y resquebrajado. Con una vicepresidente que se cree el ombligo de todo y sed de venganza. Se victimizó en una puesta en escena fenomenal (había una piedra debajo de la tapa de la caramelera) sin hacer alusión al ataque a una institución de la Nación como el Congreso, que es atacar la democracia. Tampoco le importan los $10 millones que CABA tiene que gastar para arreglar tanto destrozo.

Argentina tiene muchos recursos naturales pero no es un país rico porque los recursos no se aprovechan. El país no crece desde 2011. El volumen del salario es el más bajo de la región.  Corea tiene 400 veces de PBI. Chile tiene 42 Pymes por habitante nosotros 26. El 65% de nuestro presupuesto es para gasto social; en 1998 había 7 millones de planes sociales hoy hay 20 millones. Estamos liderando el ranking de corrupción en América Latina, después de Venezuela.

Un gobierno ineficiente es incapaz de crear trabajo para erradicar los planes, pero claro, los planes son votos. Argentina no tiene moneda. En el siglo 20 Argentina exportaba el 3% de sus productos, hoy el 0,3%. Hay que exportar para generar divisas y crecer, el gobierno hace lo contrario poniendo cepo a todo y castigando a los que producen.

Tenemos un excesivo gasto político: Volnovich incorporó al PAMI 203 empleados, sin necesidad de tener secundario completo con un sueldo de más de $100.000 mensuales, cierto que este gobierno no tiene en cuenta ni el esfuerzo ni el mérito. El PAMI tiene más de 13.500 empleados. En Medio Ambiente, mientras se incendiaba Corrientes, se gastaron $ 50 millones en folletería y $8 millones en la compra de elementos para combatir el fuego.

CFK gastó más de $16 millones en  19 viajes al sur en el avión presidencial (Pobre, su jubilación no le alcanza para costeárselos con su sueldo). La inflación de Venezuela de febrero fue de 2,9, la de Argentina de 4,7 y 7,5  en alimentos. Alberto Fernández se comprometió-con puñetazo sobre la mesa- a declarar la “guerra” a la inflación (nunca más inoportuno el uso de ese término). Se les había ocurrido crear la Secretaría de la Resiliencia, falta el Ministerio de la Felicidad como Maduro y ¡Bingo! Ante las críticas públicas dieron marcha atrás con este proyecto…por ahora, ¡Cómo si no supiera el pueblo argentino de resistir y adaptarse! De paso, alguna vez ¿Por qué el esfuerzo no lo hace la clase política? Digo, nomás. Porque además de intocable es ineficiente.

Alberto Fernández será el presidente con la inflación más alta después de Alfonsín, cuando termine su mandato.

Después de más de dos años de (des)gobierno ya se acabaron los culpables: del ¡Ah, pero Macri! en el 2020 pasaron al ¡Ah, pero la pandemia! en 2021, ahora el Ministro ( no sé de qué) Guzmán dijo ¡Ah, pero la guerra!

Entérense de una buena vez que los que los votaron lo hicieron para  “gobernar” ¿Saben lo que es? Es “gestionar”, ¿alguno del gobierno sabe lo que eso significa?

¡Háganse cargo del fracaso y dejen de buscar culpables!

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