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Miguel Andreis

El dolor por el fallecimiento de Víctor Ingrassia.

Cuando las radios lloran…

No se trató de un día más. El dolor que causa la llegada de la finitud volvió a dispararse en los sentimientos de la mayoría de aquellos que hacemos radiofonía en ambas villas. Víctor se había trepado al éter y sin despedidas se alejó galopando despacio hacia ese lugar donde los dipolos, las voces, los “equipos” que destilan sabor a radio, se convierten en silencio. Víctor Ingrassia (76), era la misma sintonía en diferentes diales. Su vocación pasaba a ser parte del recuerdo. La voz pausada y cálida, la mirada nunca esquiva. La disposición ante la emergencia, era un lazo que latía en su pecho. Un telefonazo y en 10 minutos arribaba arrastrando su cansino andar. Sabía que esa consola era vital para el laburo del otro día. Víctor de madera usada solo para la gente de bien. Fue para el Grupo Radial Centro uno de los pilares fundamentales de su creación. No solamente desde lo técnico. La faz humana encontraba en él, siempre la arrinconada frase para salir del paso. Quedará en el recuerdo de la vigencia intemporal, junto a Rubén (Valls); el Zurdo Ferreyra, dos que lo esperaran, allá, donde todo se diluye sin desafíos de horarios ni tiempos. Tito Valls, otro de los fundadores, verá como las teclas se humedecerán sin explicación alguna. Varios de los que cultivaron esta pasión de llamaradas hechas vocablos musicales, no escaparán a la congoja de la despedida definitiva. Mientras él, desde el infinito, transitarán la eternidad, con Rubén y el Zurdo, debatiendo sobre los valores viscerales de un fierrito con alma de micrófono. Víctor, por equivalencias propias, se convirtió en un estribo del grupo. No es fácil transitar la existencia sin conocer la enemistad. Él fue uno de ellos. Chau querido amigo, con semblanza de hermano…


Por los pasillos continuará ese desandar silencioso, con la sonrisa dibujada y la voz en un tono de calidez irrepetible… Esos aparatitos mágicos llamados radios, te despedirán en una ronda de sonidos que solo se interpretan cuando llega el momento del adiós definitivo. Continuarás con tu paso, enorme y cristalino, que has dejado como recado intemporal tu figura con la dimensión de la lealtad del ser ante cualquier otro interés. Sos y serás latidos de radio.


Simplemente, Víctor. El hombre que soñaba con formato de receptor.


Nuestro mayor pesar y más profundas condolencias para Beatriz, su esposa y para sus hijos…

Hasta siempre amigo- hermano.
Gerencia Grupo Radial Centro – Edgardo Munch

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