Escribe: Cristina Pablos.
Como lo dice el preámbulo de nuestra Constitución:…”asegurando la libertad para todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar el suelo argentino,…” Somos un país muy generoso. Tenemos la mejor educación y la mejor salud de América Latina y gratuita. De la cual hacen uso bolivianos, paraguayos, peruanos, etc pero cuando nosotros viajamos a esos países no gozamos de los mismos beneficios.
Bueno, ahora, nuestra hospitalidad extendió las fronteras: trajo a ciudadanos rusos, especialmente mujeres embarazadas, solas o con toda la familia, a parir en nuestros hospitales.
Algunas, con buena posición económica, se asisten en clínicas o sanatorios privados. La mayoría lo hace en dos hospitales públicos, uno de ellos el Fernández, donde la atención está colapsada, privándole de la cama a alguna parturienta nuestra, tal vez, y que, además pagamos todos.
¿Será por eso de lo que le dijo Alberto Fernández a Putin, que quería que Argentina fuese la puerta de entrada de Rusia a América Latina? En este caso de las embarazadas rusas todo se da de forma irregular: viajan con 38 semanas de gestación, algo que ninguna aerolínea permite. En los últimos meses arribaron al país más de 17.000 parturientas. Los profesionales tienen mucho problema para comunicarse porque no tienen un traductor. Una pasajera rusa reconoció que se trata de una “mafia” ¿estará incluida la venta de bebés?
Migraciones investiga la falsificación de documentos o documentos apócrifos. Un padre argentino cedió el apellido para un bebé ruso ¿? El objetivo es obtener el pasaporte argentino con el cual se puede ingresar a 163 países sin visa. Muy pocos se radican aquí. Ingresó al país un ingeniero ruso con alerta naranja de Interpol y pedido de captura; ingresó con “documento inadmitido”.
Como refugiados, Argentina debe admitirlos por los pactos que firmó en La Haya pero…la mayoría se van a algún país de Europa. Casi 400 millones de dólares ya recaudó la organización que se encarga de este “turismo de embarazo”. Llama la atención el silencio de la embajada y el consulado rusos.
El hecho de que la mayoría abandone el país permite: 1) radicarse en otro país y 2) abrir cuentas para lavado de dinero. En el gobierno hay un silencio total. Todo huele muy raro…


