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Miguel Andreis

¿Cuento chino o Cuento argentino?

“Cuando un payaso se muda a un palacio, no se convierte en rey; el palacio se convierte en circo.”

Escribe: Cristina Pablos.

Interrogado el presidente ante la renuncia de Máximo, dijo: “En un punto el presidente soy yo”. No, Alberto Fernández, no es en un punto; en TODOS los puntos el presidente es Ud., mal que le pese.

Según  el obsecuente canciller Cafiero “todos se interesan, en el mundo, en lo que dice A. Fernández”. ¿No será, en vez de “interesan” “espantan”?

Argentina firmó con China acuerdos por obras por 23.000 millones de dólares pero no se aclaró qué será inversión y qué financiamiento. Ya en 2004 Néstor Kirchner había firmado el mismo acuerdo que, posteriormente firmó Macri. Nunca se concretaron.  China tiene una base lunar en Neuquén, adonde sólo entran chinos y una central nuclear construida en un 85% en la provincia de Bs. As. Proyectan, además, una inversión de 9.700 millones de dólares, en el marco de la Ruta de la Seda, que implican un conjunto de obras relevantes para el sector energético, la red de agua y cloacas, transporte y construcción de viviendas. (Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía). También están interesados en la Hidrovía.

Mientras tanto, como contraparte, el gobierno nacional hace la vista gorda a toda la fauna ictícola que los chinos nos roban en el mar patagónico. Este fue un viaje puramente político, las promesas chinas datan de 20 años atrás.

Curiosamente, en este viaje no había periodistas, ni extranjeros ni locales; muy propio de un régimen totalitario.

Alberto Fernández le dijo a Xi Jinping: “Nos sentimos identificados con China y el trayecto desde la revolución maoísta hasta ahora. Compartimos la misma ideología” (¿¡?!) O el presidente leyó poca historia universal o se olvidó de los 20 millones de “burgueses” que mató Mao o de la masacre de la Plaza de Tiananmen.

Ahora bien, la relación con China es muy buena desde hace más de 17 años, nos compran alimentos, etc. Trate el gobierno de no bastardearla. También es bueno que el gobierno recuerde que tanto Rusia como China son socios del FMI, aunque no tan mayoritarios como EEUU o Japón, pero los impuestos de sus ciudadanos sirven para prestarnos dinero a nosotros. Claro, que si Argentina no acuerda con el FMI olvídese el gobierno de las inversiones prometidas. ¿Quién querría invertir en un país que crece al 0,3% anual mientras nuestros vecinos lo hacen al 33% o 39%? Todo quedará en un cuento chino o cuento argentino.

Dos temas aparte: la poca importancia de Cabandié y su ministerio; se fue a Barbados mientras se incendiaba Corrientes. Y…claro, provincia opositora, al final envió $400 millones para ayudar a los productores.

El otro tema, nada de importancia, sólo un dato: gracias al aumento de A. Fernández, los jubilados ganarán, a partir de marzo, $32.600 sueldo que, con la fórmula de Macri (sí, la de las 40 toneladas de piedras) sería de $ 53.600. Pero no se enojen. Ganaron las elecciones prometiéndoles a los jubilados que, de entrada, les aumentaría el 20%. ¿Reír o llorar?

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