Ni clases presenciales, ni PASO ni Octubre.
Escribe: Miguel Andreis.
Qué se supone puede pasar en el país en un año donde deberíamos atravesar dos comicios: Las PASO, las de “Término medio” y el incierto inicio del ciclo escolar. Lo de la presencialidad es un tema abierto y potencialmente conflictivo. En esta vertiente se percibe que, de ambos lados del mostrador, gobierno y padres esgrimen sus razones, tan colmadas de lógica como los posicionamientos de los trabajadores de la educación y sus representantes gremiales Estos últimos sostienen un discurso absolutamente comprensible, en la medida que esgrimen, por ejemplo, que los legisladores del orden nacional, provincial o local, se pasaron casi un año “cumpliendo” sus actividades vía virtual, desde sus casas, sin que el pueblo les reclamara algo. Lo mismo señalan a otras instituciones del estado que no trabajaron durante varios meses y no se escucharon voces de cuestionamientos. Con esos antecedentes y algunos más, interrogan: ¿Se puede obligar a los docentes y trabajadores de la educación que, sin ser vacunados hagan presencia en un aula? ¿Es justo y equitativo? ¿Es moral cívicamente semejante apriete?
Es indudable que la inmensa mayoría de la ciudadanía quiera y, razonablemente, la vuelta con los niños en el aula, pero para eso es imprescindible las vacunas que prometió el gobierno nacional, allá por diciembre y, aún no hay rastros que eso se transforme en hechos reales. Se trata de un sector considerado esencial, pero sin los “anticuerpos” pactados, no hay esencialidad que valga. El retraso vacunativo nos expone que, con tal dilación, difícilmente se llegue a marzo, fecha de iniciación de clases, con tales el citado personal protegido.
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Hasta el momento todo es relato y nada permite suponer que las promesas gubernativas no son otro factor que el de la improvisación y la apelación a la demagogia proselitista. Aflora la pregunta: ¿las inoculaciones no se hacen porque no llegan los esperados frascos desde los laboratorios rusos o porqué en el medio se ha generado una trama alternativa que le permita ganar tiempo al desorientado gobierno? ¿Y si hubiese una estrategia que todavía no se visualiza mayoritariamente? No hay que descartar que la Sputnik se convierta en un arma de protección para lo que el poder quiere evitar, entre otras variantes, las elecciones. En cuanto al inicio de las clases, entra en otra vertiente de los análisis, aunque de fondo, tengan los mismos ingredientes.
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No es necesario aclarar que la gestión de Alberto Fernández atraviesa su peor etapa. El nivel de rechazo social lo ubica, según tres encuestadoras, con una imagen NEGATIVA que rondaría el 75%. Además, las mismas consultoras coinciden que, por primera vez desde la recuperación de la democracia, no encabezan las preferencias de la ciudadanía, ni el Peronismo (en este caso léase kirchnerismo), ni la imagen de Macri. Hay hartazgo comunitario de esas referencias. Casi un 50% de los sufragantes está a la espera de una tercera fuerza, que por el momento no se visualiza. Todos tomaron nota de estas predilecciones. Pero, además, saben por experiencias recientes, como lo acontecido al Gobierno de Cambiemos en las últimas Paso (2019), que en esa oportunidad los resultados les fueron tan adversos e inesperados como fulminantes para el gobierno de turno. Todo se les desbarranco en horas. Especialmente la economía de la mano de un dólar que trepaba con la persistencia de un globo Aero estático. No tuvieron en cuenta, lo esencial, que la disputa urnaria por los puntos se jugaba en octubre. Ya nada pudieron hacer desde Cambiemos para revertir la suerte echada de Macri. La catástrofe votacional fue inquebrantable.
Los temores sumados
El presidente, números en mano, no quiere arriesgar. CFK tampoco. Una derrota podría significarle un cataclismo. Quizás, por eso, que la estrategia pase por echarle la culpa, sin hacerlo explícito, a los productos rusos que nunca llegan. Ahora apareció entre los oferentes una farmacopea china. De cualquier manera y con la morosidad con la que se inmuniza, así se contaran con los frascos de la esperanza en nuestro país, la próxima semana, ni por lejos alcanzaría para dar comienzos a las clases; tampoco para ir a votar sin amucharnos con el riesgo de contagios que ello implica. Va a ser casi imposible aferrarse a la esperanza que el efecto rebaño que permita llamar a sufragar en octubre se convierta en una materialidad. Con la educación, lo inevitable será el ahondamiento de la grieta. Confrontación que no será de fácil solución. En cuanto a las elecciones Primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, no hay demasiado interés desde Presidencia, en activarlas. CFK se preocupa por las de octubre, donde, si se materializaran, intentará meter toda la gente de la Cámpora, como para que les alcance en ambas cámaras. Precisa urgentemente de manos levantadas en su proyecto del “vamos por todo”. En cuanto a lo que puede decir la oposición de Cambiemos o en sus cercanías, no pasan de discursos gelatinosos y chirles, carentes de convencimientos. Los gobernadores tampoco quieren ir a las urnas, salvo excepciones-
La más importante desde el 83
Nadie puede desconocer que estamos frente a las elecciones de medio término más importantes desde el 83 a la fecha. Es mucho lo que se pone en juego. Muchísimo.
Hoy emerge como una utopía que los comicios se puedan suspender o posponer. El presente escrito puede no reflejar una acertada mirada del futuro. Posiblemente no lo sea en corto plazo… Ahora, sin un pueblo vacunado, esta explicación de no abrir las puertas de la democracia, por la carencia de los factores de inmunidad, podría conformarse en una excusa para tener en cuenta. Según el tablero que se observa, estamos muy lejos de que para el mes 10, se llegue al 20% de la población inmunizada. Continuarán recurriendo a cuanta argucia le quede a mano, tal vez sigan ignorando que el combustible de la paciencia social, se viene acabando y eso no lo ignoran. Nos espera un año complejo y lleno de oprobiosas chicanas que, como modo novedoso, en nombre de vacunas dibujadas nos seguirán “vacunando”. El país vacilante y parapléjico, observa con ojos de desesperanza, claro que con eso solo no alcanza para evitar el precipicio… 2021, doliente y arisco. La lucha por la república deberá confrontar con un populismo dictatorial… Tampoco en este ámbito se observan vacunas.


