El poder no cambia a la persona, la muestra tal cual es.
Escribe: Cristina Pablos.
Primero, su abogado Beraldi, en vez de defenderla, atacó a la Justicia. Para él el Poder Judicial es el menos democrático de los tres poderes; se limitó a descalificar a los fiscales. Dijo, entre otras cosas, que el Congreso aprueba las partidas presupuestarias pero la licitación y posterior adjudicación de una obra las realiza el gobierno. Durante todo el gobierno K el 80% de la obra pública se la adjudicaron al amigo Lázaro Báez. Los fanáticos seguidores de CFK están embarrando la cancha con amenazas a los fiscales: el propio presidente dijo que “ojalá Luciani no se suicide, como Nisman” y Dalbón , abogado de CFK, Alberto Fernández y de Massa, advirtió que “Luciani y Mola no van a terminar bien”¿? También y nada menos que el Ministro de Justicia, Soria, agregó: “los fiscales Luciani y Mola deberían estar preocupados” ¿por qué? Beraldi reconoció que “las relaciones entre CFK y Báez eran legítimas” Le adjudicaron nada más que 51 obras (casi ninguna se terminó pero sí se cobró el total) por 2.900 millones de dólares. En 2015, al perder las elecciones el kirchnerismo Báez cerró sus empresas.
Finalmente, el viernes 23, CFK, que se ve no confía en sus abogados, llevó adelante su propia defensa. Tuvo la mala suerte que su stand up coincidiera con la muerte del querido Carlitos Balá por lo cual, los canales más importantes (hegemónicos) coparon la audiencia con esta triste noticia y su actuación no tuvo la repercusión que ella hubiese deseado. Algunas perlitas que deslizó: “Me trajeron de los pelos a este juicio” e, intentando dar una clase de Derecho, dijo: “Si no fuera abogada estaría en estado de indefensión” (la mayoría de los ciudadanos, entonces, estamos indefensos). Dijo que “Luciani hizo intervenciones artísticas, histriónicas”, no, vice, la única artista acá es usted. Y que “con las 30 toneladas de fotos en las tapas de los diarios se sentía estigmatizada”. También expresó “que los acusaría por prevaricato”. Ni ella ni sus defensores refutaron ninguna prueba pero sí CFK acusó a los jueces del atentado contra su vida. Deslizó que “su gobierno fue elegido democráticamente y debería juzgarla el Congreso” ; el hecho, vice, es que no se acusa a un gobierno sino a algunos integrantes de su gobierno: Ud, De Vido, Lázaro Báez y el director de Vialidad. Trató a la Justicia de partido político y a los jueces de misóginos. No negó ilícitos pero sí culpó a sus ex jefes de gabinete (Alberto Fernández y Massa). También culpó de todos sus males a Clarín, La Nación, Macri, Caputo y los que jugaron al fútbol en Los Abrojos. Trató a los fiscales de trolls.
En una alocución que duró casi 2 horas se ocupó de tratar mal a todos los que la juzgan, ella, abogada exitosa, no refutó las pruebas de la causa; se limitó no a hacer una defensa legal sino a atacar y descalificar en una defensa política. En ningún momento escuché a sus abogados ni a CFK decir “Soy inocente”.


