(… Nadie está excepto que nos pase) El precio de silenciar sentimientos …

Corrió el plato hacia un costado, le dijo a Alicia, su esposa, que no tenía apetito. Miraba desde la ausencia la pantalla del televisor. Ella insistió preguntando que si le pasaba algo; volvió a responder que no. Sabía que no era el momento para contarle lo ocurrido. Tal vez nunca se lo diría, o sí… […]